Alan Otto Prieto es un varón trans militante por los derechos humanos, fundador de CAPICUA Diversidad, parte del Movimiento Evita y miembro de la Dirección de Políticas y Prácticas contra la discriminación del INADI. Para él, las personas trans militan todo el tiempo, porque poner el cuerpo en cualquier espacio desde esta identidad de género es siempre una posición política.
En el quinto y último episodio de Identidad de Género, el podcast de Feminacida y Posta por los 10 años de la sanción de la Ley 26.743 de Identidad de Género, Diana Zurco lo entrevistó para preguntarle: ¿Cómo impactó la Ley de Identidad de Género en la vida de las masculinidades trans? ¿Qué demandas siguen vigentes? ¿Qué realidades pone de manifiesto la desaparición de Tehuel?
Desde el INADI, Alan Otto Prieto brinda talleres sobre masculinidad en cárceles y escuelas a varones cis. "En los talleres buscamos discutir el rol y el por qué los varones tenemos tan poca capacidad (o en algunos casos nula) de poder relacionarnos desde otros lugares que no sea la violencia, que no sea el consumo, que sea poder exteriorizar lo que nos pasa y lo que sentimos", explica. Para él estos espacios permiten que los varones se abran y puedan reflexionar, o al menos reconocer, situaciones en las que se pone en juego la masculinidad hegemónica.
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Cuando Diana aborda su perspectiva sobre los feminismos, Alan reflexiona: "El feminismo tiene una tensión continua y permanente con las masculinidades trans. Somos como aliados pero hasta ahí. Cuando yo transicioné, para muchas compañeras de La Fulana yo era un traidor, me había ido para el lado del macho opresor porque así lo vivían".
Sin embargo, entiende que esta lectura es errada y que transfeminismos deberían incluir a estas masculinidades. "Ahora lo que nos pasa a los varones trans es que la agenda del feminismo nos atraviesa. Nos atraviesa el aborto porque podemos abortar, nos atraviesa todo lo que tenga que ver con las tareas de cuidado, todos los temas que el feminismo abarca e intenta dar batalla nos atraviesa en el cuerpo y ahí tienen que haber lugares de más amorosidad y diálogo", sostiene.
