La Selección argentina ya se encuentra en Nueva Zelanda para jugar su cuarta Copa del Mundo, donde promete una participación histórica con objetivos bien claros: ganar un partido y clasificar a octavos.
Por Leila Grayani
La Selección argentina de fútbol se encuentra en la preparación de su cuarto Mundial oficial de la FIFA, el segundo que va a jugar desde el anuncio de semiprofesionalización. En esta ocasión, Argentina forma parte del grupo G, donde se enfrentará con Italia, Sudáfrica y Suecia, rivales difíciles pero no imposibles.
El objetivo del equipo nacional en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda es lograr una participación histórica con metas bien definidas: ganar un partido y clasificar a octavos de final. Sin embargo, el camino hacia la Copa del Mundo no fue sencillo para la Selección.
Para comprender por qué Argentina puede alcanzar un hito histórico en este Mundial, es necesario reflexionar sobre el recorrido del equipo desde que levantaron su reclamo en la Copa América de Chile, en 2018. Con un pasado de desafíos superados y una determinación creciente, la albiceleste tiene el potencial para marcar un nuevo hito en su trayectoria.
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Lo que dejó Francia 2019
Al término del Mundial de Francia 2019, la Selección argentina emprendió un proceso de renovación que abarcó tanto al cuerpo técnico como a jugadoras históricas que conforman gran parte del plantel actual. Después de una ausencia de doce años en la competición mundialista, Argentina dejó atrás viejas prácticas para iniciar un enfoque centrado en el crecimiento y desarrollo a largo plazo.
A partir de ese momento, las jugadoras generaron un impulso significativo en el nivel de competencia y profesionalización nacional tras lograr un empate por primera vez en su historia (1-1 vs. Escocia), con un golazo inolvidable de Milagros Menéndez que marcó un antes y un después.
Los Juegos Panamericanos de Lima 2019 también fueron un momento clave para las jugadoras. A pesar de las ausencias notables en la convocatoria por cuestiones extra futbolísticas, la Selección tuvo una gran participación y logró llegar invicta a la final del torneo, donde estuvo muy cerca de coronarse.
Empató 1-1 en los 90 minutos y en el alargue, pero cayó frente a Colombia en los penales. Con este resultado, Argentina obtuvo la medalla de plata y quedó en la historia por entrar por primera vez en un podio panamericano.
Nos subimos a la Portanoveta
Después de la hazaña en los Panamericanos, la Selección comenzó un nueva etapa, la era de la “Portanoveta”. Tras veintiún años, el ciclo de Carlos Borrelo llegó a su fin y el ex entrenador de UAI Urquiza, Germán Portanova, asumió la dirección técnica junto a un equipo innovador, tanto en perspectiva de juego como en tecnologías.
Este cambio significativo sentó las bases para el progreso del fútbol femenino argentino y estableció un nuevo rumbo hacia el futuro, con el objetivo de alcanzar logros aún mayores en los próximos torneos.
También comenzaron los amistoso internacionales, algo que la albiceleste no jugaba con frecuencia y que rápidamente generó un gran cambio en el funcionamiento del equipo. Con estos partidos y la Copa She Believes, el cuerpo técnico encontró la columna vertebral del plantel que incluye jugadoras de gran experiencia como Aldana Cometti, Miriam Mayorga, Lorena Benítez, Florencia Bonsegundo y Estefanía Banini.
Pero el boleto mundialista no llegó hasta después de la Copa América 2022, donde Argentina compartió grupo con Brasil, Perú, Uruguay y Venezuela. Con un equipo renovado y aguerrido, clasificó a la fase final tras quedar segunda en su zona y jugó frente a Colombia, con quien cayó en semifinales. Por el tercer puesto, la Selección se impuso ante Paraguay (3-1) de forma agónica y logró así la clasificación al Mundial 2023.
Una preparación intensa
El boleto al Mundial puso en debate la falta de roce internacional. Es por eso que el nuevo cuerpo técnico tomó como prioridad sumar minutos en cancha con rivales de mejor nivel, mediante una preparación intensa que incluyó planificación, organización y muchos partidos amistosos.
Argentina participó de una gira por España y otra en Nueva Zelanda, de donde se trajo tres triunfos (4-0 vs. Chile, 2-0 y 1-0 vs las locales). Con estos encuentros, la delegación pudo conocer las instalaciones mundialistas y experimentar el cambio de horario, uno de los factores importantes para destacar de cara a la Copa del Mundo.
Los preparativos también incluyeron una gira nacional, donde el equipo tuvo la gran alegría de estar acompañado por un marco de público histórico en el Mario Alberto Kempes, de Córdoba, donde más de 30.000 personas estuvieron presentes para alentar en el empate 1-1 frente a Venezuela. Luego, en La Rioja, casi igualaron la convocatoria y ganaron por 3 a 0.
Para cerrar una preparación a la altura de las circunstancias, la Portanoveta tuvo su partido de despedida en el estadio de San Nicolás, Buenos Aires, donde le ganó a Perú por 4 a 0 frente a casi 20.000 personas que se acercaron a la cancha con bombos y banderas, para transmitirle a las jugadoras todo el aliento y el amor de un país que estará ahí para alentarlas a la distancia.
Quiero ganar el primero
La novena edición de la Copa del Mundo tendrá por primera vez 32 equipos y promete récord de asistencia en los estadios. Para Argentina será su cuarta participación desde Estados Unidos 2003, China 2007, Francia 2019 y ahora Australia-Nueva Zelanda 2023.
La Selección va a jugar todos los partidos de la primera ronda en Nueva Zelanda: el 24 de julio contra Italia, en Auckland; luego con Sudáfrica el 28, en Dunedin; y cerrará la fase de grupos con Suecia el 2 de agosto, en Hamilton.
Frente a estos rivales, Argentina tiene un solo objetivo: ganar por primera vez en una Copa de la FIFA, algo que hasta el momento no logró. Por eso, la Selección empieza un nuevo sueño mundialista con jugadoras enfocadas y convencidas en seguir haciendo historia. La pasión y el compromiso de estas 23 futbolistas pueden abrir camino hacia un nuevo paradigma y hacia nuevos derechos.
