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Derechos desde la qunita

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El Plan Qunita, a través del cual se entregan elementos fundamentales a los recién nacidos, volvió a lanzarse este mes en la Provincia de Buenos Aires. Su objetivo principal es disminuir la mortalidad infantil y garantizar un comienzo de vida equitativo, pero también presta especial atención en no invisibilizar a las mujeres y personas con posibilidad de gestar. 

Aún está en discusión cuáles serán todos los elementos que conformarán el kit. Por ahora la cuna moisés es el insumo central para garantizar el sueño seguro del niñx, pero también incluye elementos relacionados con la lactancia, una guía de cuidados con información detallada, chupetes, preservativos, indumentaria, entre varios otros recursos.

Aunque la intención del plan es que tenga un alcance universal en todo el país y para todas las coberturas, el primer paso es llevarlo a los lugares de mayor vulnerabilidad. En esta nueva edición se estima que van a alcanzarse entre 75 y 90 mil personas beneficiarias de la Asignación Universal por Embarazo que podrán recibirlo a partir del primer trimestre de 2022.


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“Habitualmente se pone el foco en el niño o niña que acaba de nacer, pero no en la mujer o persona gestante que acaba de parir que queda como invisibilizada”, comentó a este medio la Dra. Sabrina Balaña, encargada de la Dirección de Equidad de Género en Salud del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. 

El programa pretende volver a ponerla en el centro de esta política pública. Una de las formas es incentivar el acceso a controles pre natales que se ha vuelto una problemática alarmante. En la Provincia de Buenos Aires el 60 por ciento de los embarazos no inician el seguimiento médico durante el primer trimestre de embarazo y un tercio de las personas gestantes llega al parto sin haber concurrido nunca a un control, según comentó el gobernador Axel Kicillof.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aconseja ocho consultas médicas, ya que está demostrado que estos controles son fundamentales para detectar y gestionar problemas potenciales. Además, según precisó Balaña, solo una de cada tres mujeres accedió a un cuidado prenatal adecuado durante la pandemia, incrementando esta dificultad en el acceso. 


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Los factores que impiden que los embarazos cuenten con las atenciones recomendadas son muchos y de diferentes orígenes. Entre ellos, la doctora señaló que el primer trimestre “pasa muy rápido” desde el momento en que se toma conocimiento de la situación y a esto se suma que muchas personas “están ocupadas en trabajar, atendiendo otros hijos o se sienten bien y no ven necesidad”.

“Es multi causal. Hay factores que tienen que ver con el sistema de salud porque cuando van a pedir un turno les dicen que tienen que venir el mes que viene, pero también tiene que ver con que la mujer realiza un rol de cuidado familiar entonces no se puede ocupar de su propia salud por más que esté embarazada”, advirtió. El desafío más importante que se propone esta política pública es influir en la mortalidad materna e infantil que ocurre durante el primer año y especialmente en el primer mes de vida y “no tienen una causa precisa”.

“Tiene que ver con las enfermedades no detectadas a tiempo o con infecciones o enfermedades respiratorias post natales y lo que se llama la muerte súbita del lactante”, explicó la directora de Equidad de Género en Salud. En ese sentido, detalló que existen factores que son protectores ante estas situaciones como la lactancia, el uso del chupete y “fundamentalmente la posibilidad de tener un espacio propio para que el bebé no duerma junto con los padres en la misma cama”.

“Es una causa bastante frecuente de muerte y se ha visto asociado a las familias de mayor vulnerabilidad que viven en hacinamiento. En estos casos no se relaciona con ser madres irresponsables. Tiene que ver con no contar con el lugar o con la información necesaria para saber cómo prevenirlo”, apuntó.

Es por esto que la cuna moisés es la pieza fundamental de este programa. La idea surgió cuando Santiago Ares, un estudiante de diseño en la UBA, escuchó que el colecho era la principal causa de mortalidad infantil entre los sectores de menores recursos. En ese momento, decidió idear un moisés y presentar esta iniciativa para ayudar a resolver la problemática. 

Santiago era un militante e idealista que murió a los 25 años debido al cáncer de colon luego de que fuese lanzado el primer plan Qunita por el que fue reconocido. Su familia y amigos aún lo recuerdan por su militancia y su fuerte convicción de aportar en la sociedad.

El Plan Qunita funcionó durante seis meses en el 2015 y se llegaron a distribuir 74.408 kits a 289 maternidades en todo el país, aunque solo 43.600 llegaron a manos de las familias antes de que fuera interrumpido.

Una de las beneficiarias, había comentado ese año que el kit le había sorprendido gratamente porque su hija no tenía cunita en ese momento. Y otra de ellas, Daniela, que era una mamá primeriza, dijo que se trataba de elementos que necesitaban y  destacó que siempre “vienen bien cosas de más”.

Durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri, el plan fue suspendido debido a que la diputada Graciela Ocaña denunció irregularidades en las licitaciones. Axel Kicillof junto a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaron esta nueva versión luego de que el Tribunal Oral Federal 8 dictaminase este año el sobreseimiento de los 18 procesados en la causa. 

Entrega de los primeros kits en el Hospital de Chajarí, año 2015.

Con el relanzamiento se puso foco en acompañar el programa con  otras políticas públicas. La doctora Balaña destacó, entre ellas, a la ley de parto respetado que va “más allá de un insumo”, porque se trata de procesos que comprometen a las autoridades y trabajadores de la salud. “Queremos usar los servicios de maternidad para la entrega de kits, en aquellas maternidades que cumplan con las condiciones natales y obstétricas esenciales y con la ley de parto respetado”, aseguró.

La profesional también manifestó su preocupación por el “alto porcentaje de embarazos no deseados detectados al momento de parir” y por eso se incluyen los anticonceptivos en el kit. La recomendación es esperar entre uno o dos años entre embarazos, pero muchas veces esto no ocurre. “¿Qué está pasando que teniendo la oportunidad de trabajarlo durante los 9 meses de embarazo o durante las 48 horas que esa persona está internada en la maternidad, igual  no accede a un método anticonceptivo?”, se preguntó Balaña. 

Otra de las novedades que propone el programa es el trabajo en conjunto del Servicio Penitenciario Bonaerense.  En este momento varios prototipos del kit están desarrollándose dentro de los 10 talleres de carpintería y 10 textiles que forman parte del programa “Más trabajo, menos reincidencia”. La idea es combinarlos con elementos que serán fabricados dentro de los talleres de pymes y emprendedores de la provincia. 

La doctora Balaña recalcó que este trabajo en conjunto ayuda a que las personas privadas de su libertad aprendan un oficio que luego “les puede garantizar la inclusión laboral” y esto ayuda a reducir muchísimo la reincidencia. “Empezaron a realizar prototipos y ya se nota la alegría de las personas en los talleres. Saben que este kit va a ir a una familia que muchas veces está en las mismas condiciones que la suya. Se sienten parte de algo y esto es clave para evitar la reincidencia”, comentó al respecto.


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En tanto, ya se encuentra abierta la inscripción en todo el territorio provincial para las personas que estén cursando el primer trimestre de embarazo. Lxs interesadxs en recibir el kit deben dirigirse al Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de su barrio y solicitar la inscripción al programa SUMAR*, registrar su condición de embarazo y realizar los primeros cuidados prenatales.

(*) El programa Sumar cuenta con una línea de atención telefónica gratuita: 0800 - 222 - 7100


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