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El aborto seguro y gratuito es ley

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Foto de portada: Micaela Arbio Grattone

El abrazo multitudinario a las 4:10 de la madrugada del miércoles 30 de diciembre confirmó que, después de décadas de lucha, las mujeres y las identidades disidentes conquistamos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos: el aborto se convirtió en ley. El poroteo, que se actualizaba minuto a minuto modificando la tendencia, terminó con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención. Los feminismos hicimos historia y lxs senadorxs, esta vez sí, lo ratificaron desde sus bancas.

En un giro que cambió la suerte de un año doloroso, la interrupción voluntaria del embarazo es legal en la Argentina hasta las 14 semanas de gestación. Después de ese plazo, cuando la vida y la salud de la mujer corran peligro y en casos de violación. Todas las instituciones de salud deberán realizar la práctica de manera gratuita y lxs profesionales objetores de conciencia tendrán que garantizar la derivación inmediata. 

Una deuda de la democracia 

Tal como se había estipulado, la sesión en la Cámara Alta duró 12 horas. Mientras, miles de mujeres bancaron una vigilia con 35 grados de calor y esperaron durante la noche, pero con la alegría y la convicción de que los derechos se ganan en las calles. 

Ana Claudia Almirón, senadora de Corrientes por el Frente de Todos, lo reafirmó en el cierre de su discurso: “Esta ley es de ellas, este proyecto es de ellas. Lo militaron, lo pusieron sobre la mesa y simplemente nos están pidiendo a nosotros que ratifiquemos lo que ellas ya ganaron en las calles y lo que sienten como un derecho propio y que es la libertad de poder elegir”.

La legisladora, además, hizo un completo estado de situación de su provincia que no solo se proclamó “pro-vida” sino que tampoco cumple con ninguna de las normativas que hacen a una sociedad más igualitaria, como la paridad de género, la Ley de Educación Sexual Integral y el protocolo ILE. 

Es que las provincias del Norte tienen las tasas más altas de fecundidad infantil y, sin embargo, la votación en la Cámara de Diputados demostró que los representantes de esas jurisdicciones en una gran mayoría se oponen a la legalización del aborto. La próxima pelea, que también vienen dando los feminismos hace tiempo, será lograr la aplicación efectiva de la ESI en todo el país y el cumplimiento de la ahora Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ley 27.610). 

Históricas

En una lucha y triunfo que fueron colectivos hubo distintos actores que pusieron el cuerpo. Sin duda uno de los más importantes fue el grupo de las pioneras de esta demanda histórica. Mujeres de alrededor de 90 años que hace casi 40 pelean por la autonomía y la libertad de elegir. 

Dora Barrancos, Nelly Minyersky, Martha Rosenberg y Nina Brugo.

Nelly Minyersky, Martha Rosenberg, Nina Brugo, Dora Codelesky y Marta Alanis son algunas de las impulsoras de la ley, que nunca dejaron de estar presentes y que a pesar de la edad y el contexto de pandemia salieron a la calle a festejar la revancha después de tantos años en los que el Estado les dio la espalda. 

La celebración también fue para las Socorristas en Red, la agrupación que acompaña a personas gestantes que deciden abortar. Adelante toda la multitud, al frente del Congreso, estaban con sus banderas y pelucas rosas las que durante mucho tiempo se hicieron cargo de manera voluntaria de lo que debería haber garantizado el Estado. 

Dora Barrancos estuvo por partida doble. No solo es una de las históricas sino que además forma parte del gobierno que prometió que el aborto sería ley al iniciar su mandato. Funcionarias y políticas de distintos partidos militaron incansablemente durante todo el año, y en especial en diciembre, para conseguir los votos necesarios para que la interrupción voluntaria del embarazo sea legal. 

“Estamos muy contentas porque esta ley que hoy se consigue es un logro de muchas décadas, de muchas luchas, de muchas mujeres de distintos partidos políticos, y hoy la política se hizo cargo de esta demanda. Esperamos que no haya una mujer más muerta por abortos clandestinos”, aseguró con lágrimas en los ojos la Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, quien impulsó la ley y estuvo a cargo de la coordinación del texto legislativo. 

Elizabeth Gómez Alcorta, Carla Vizzotti, Dora Barrancos y Vilma Ibarra

A las perchas no volvemos nunca más

Una y otra vez se hizo hincapié en los argumentos que hacían de esta ley un derecho fundamental. La importancia de la autonomía de las mujeres como condición sine qua non para su libertad, el derecho al goce y la exigencia de terminar con la criminalización de las mujeres fueron repetidas por referentes y legisladorxs a lo largo de la vigilia.

Norma Durango, senadora del Frente de Todos por La Pampa y presidenta de la Banca de la Mujer fue la primera oradora y citó un informe del CELS en el que observaron que 1532 mujeres afrontan causas penales por aborto en 17 provincias argentinas. Conquistada la ley, una vez que entre en vigencia esas mujeres deberán ser sobreseídas.

En la misma línea, Nancy González, senadora de Chubut por el Frente de Todos), afirmó: “Desde que rechazamos este proyecto, en 2018, murieron alrededor de 70 mujeres por abortos clandestinos. ¿Quién carga sobre sus hombros las muertes de estas mujeres después de haber tenido la oportunidad de haberles dado un aborto legal seguro y gratuito? En 2018 cuando la tratamos ya era tarde, hoy es más tarde porque la vida de esas mujeres no las recuperamos más”.

Argentina terminó el año  con una sociedad más justa y si a partir de ahora las cosas funcionan como lo estipula la ley, no habrá que contar más historias de mujeres estigmatizadas y penalizadas por ejercer soberanía sobre sus propios cuerpos.  

Crédito: Catalina Filgueira Risso

Indecisxs

Cuando empezó la sesión en la Cámara Alta había cinco senadorxs que no habían adelantado su voto. A lo largo del debate, todos ellxs confirmaron su postura favorable para la legalización del aborto y cada uno de sus anuncios se festejó como un gol en el feminismo. Stella Maris Olalla, Lucila Crexell, Sergio Leavy, Oscar Castillo y Alberto Weretilneck son quienes hicieron que el tablero pasara de 33 a 38. 

Fundamentaron sus votos haciendo foco en que los abortos existen de todas maneras, y enfatizando en que el Estado debía hacerse cargo de la salud de las mujeres. Además, se hicieron eco de la demanda que se escuchaba afuera en la enorme movilización verde que copó las avenidas aledañas al Congreso. 

“Convencido desde lo personal y de todo punto de vista de que es absolutamente necesario e imprescindible sancionar esta ley como una respuesta a toda una demanda, a toda una movilización y a todo un cambio que se está dando en nuestra sociedad, y con las modificaciones, voy a aprobar en general y en particular esta ley de interrupción voluntaria del embarazo”, aseguró Weretilneck. 

Crexell y Olalla, ambas de Juntos por el Cambio, hicieron argumentaciones similares. La primera, senadora por Neuquén explicó: “No cambié mi manera de pensar sobre el aborto. Cambié el enfoque. No es feminismo o religión. El aborto clandestino es una figura silenciosa que escribe páginas muy tristes. Esta Ley no le cambia nada a los que se oponen. Pero sí le cambia todo a aquellos de nuestra sociedad que necesitan que el estado las visibilice y las asista”. Para cerrar apuntó: “Negar la realidad de tantos abortos que existen en este país es un tremendo acto de hipocresía”.

Olalla, por su parte, también fue contundente: "Mantener la prohibición no eliminará el sistema clandestino, que está sobradamente demostrado que existe. No habrá mejoras en el sistema de salud si seguimos despreciando o no llevando adelante la educación sexual integral”. 

El lugar de los varones

Cómo legislar sobre una experiencia que nunca vivirán. Ese fue el planteo que hicieron algunos de los senadores hombres a la hora de tomar la palabra. Intentando correrse de una situación por la que no pasarán, hicieron discursos en esa línea. 

Matías Rodríguez, senador del Frente de Todos por Tierra del Fuego, fue uno de los que instaló el tema. Primero citó sondeos que argumentaban su voto: “El 70% de los varones votarían en contra de esta ley, de la misma manera que el 70% de las mujeres votaría a favor. Más del 90% de quienes expresaron que votarían en contra del derecho a las mujeres han optado por una jura religiosa en el momento de asumir sus bancas”.

Luego, invitó a los senadores a reflexionar sobre esas cifras y la potestad que ellos tendrían minutos más tarde. “Bajo ningún punto de vista puedo considerar que los varones votemos en contra del derecho de las mujeres. Son mujeres las que sufren, son perseguidas, son torturadas. No somos los varones. A nosotros no nos pasa ni nos va a pasar. Como mínimo invito a los colegas a que se abstengan a votar en contra de las mujeres. Tenemos la obligación de escucharlas desde un oído y pensamiento laico”, expresó Rodríguez.

Alfredo Luenzo, Martín Doñate, Martín Losteau, Luis Naidenoff, Jorge Taiana y Mariano Recalde fueron algunos de los que siguieron esa postura. "Lo que estamos llevando adelante es una herramienta para dejar de criminalizar a la mujer. Dar autonomía, que nos cuesta tanto a los hombres. Dejar que los úteros dejen de transformarse en un territorio político controlado por los hombres y por el Estado", señaló Luenzo en el mismo sentido. 

Dinosaurios

A pesar de que el debate fue más sensato que en Diputados -se respetaron en líneas generales los tiempos estimados para hablar-, no faltaron los típicos discursos antiderechos. 

Maurice Closs, senador de Misiones que votó en contra hace dos años y en esta oportunidad, afirmó: “No me siento responsable de ninguna muerte ocurrida después de 2018 por haber votado en contra”. 

Quizás el legislador desconoce los riesgos y circuitos clandestinos a los que son sometidas muchísimas mujeres cuando quieren abortar -panorama que empeoró por la pandemia- y se olvida de casos como los de Lucía y Belén, niñas cuyos derechos fueron vulnerados en todos los sentidos por un Estado ausente y cómplice. 

En un sentido similar, Dalmacio Mera, senador por Catamarca del Frente de Todos, gastó sus minutos  -y el de las pibas que esperaron durante horas a la intemperie- para hablar del año 1315 y puso el eje en cerdos, reyes y cosechas. 

Nancy Gonzalez (Chubut-FdT) se hizo eco de lo que muchxs pensaron en ese momento y manifestó su indignación: “La verdad que después de dos años que tratamos esta ley en el 2018, tener que estar escuchando que me hablen del año 1315, del año 500 antes de Cristo. Yo la verdad estoy anonadada. ¿Qué nos quiere decir este senador? ¿Que los que estamos a favor de este proyecto somos asesinos? Creía que en dos años por lo menos pensábamos un poquito más para respetarnos un poquito más”.

Es nuestra

Los siete minutos que duró la votación condensaron todas las emociones que un hito como este amerita. El estallido a las cuatro de la madrugada nos dijo que sí: lo habíamos conseguido. Luchar sirve y los feminismos dieron vuelta la historia. El 2020 será recordado por la pandemia pero por sobre todo, porque el 30 de diciembre se logró una ley que hasta hace dos años era impensable. El camino ahora se abre para toda la región. América latina es toda feminista y el aborto será legal en cada uno de esos países. Argentina ya dio su paso. 


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