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Justicia para Luna: procesan a su abusador

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“Al abusador que denuncié hace 10 años, por fin lo procesaron”, anunció Yama Corín, madre de Luna, a través de sus redes sociales. Su hija tiene ya 19 años y es sobreviviente de abuso sexual por parte de su progenitor. Los hechos ocurrieron durante su infancia y la primera denuncia fue presentada cuando Luna tenía nueve años. Ambas tuvieron que atravesar una década de injusticias para que finalmente se escuchara la palabra de la niña, devenida en joven. Ahora, se confirmó el procesamiento. “Esta alegría que siento no me la voy a guardar. Lo logramos entre todes y hasta juicio y condena no paramos”, agregó la madre protectora. El camino no se termina acá pero sí puede verse la meta final.

Diez años de procesos revicitimizantes y vulneraciones fue el tiempo que tardó la Justicia en abrirle la puerta a una madre y a su hija, quienes ya se encuentran agotadas, pero jamás vencidas. Se requirió una década de intensa lucha para que Luna pudiera declarar y contar su historia. Esto ocurrió recién cuando cumplió 18 años, luego de varias instancias fallidas debido a la pandemia. “Ella necesita poder decir lo que ocurrió, dar vuelta la página y dedicarse a su vida habiendo encontrado lo que en definitiva es su derecho y que se haga justicia con la condena a su abusador”, había dicho Yamilia en diálogo con Feminacida. Y agregó: “Esta prolongación constante por la declaración es una revictimización que no le permite reparar y poder continuar con su vida”.


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La repetición de pericias, presentaciones, escritos y hasta las apelaciones por parte del abusador, no reflejan otra cosa más que la inoperancia y negligencia de un sistema judicial que no parece velar por los derechos de las infancias y adolescencias. Luna y su madre debieron enfrentar el falso Síndrome de Alienación Parental (SAP), que afirmaba que las declaraciones de la niña habían sido implantadas por su madre, entre otras aberraciones judiciales. Sin embargo, finalmente, tras diez años de impunidad para el abusador, Luna fue escuchada.

Cuando comenzaron no conocían el arduo camino que les esperaba. Yamila sostiene, una y otra vez, que el acompañamiento y las redes de contención es lo que aún las mantiene en pie. A través de la Agrupación Mundanas, organizacion que aboga por el derecho de las niñeces, y el movimiento feminista en general lograron transformar el dolor indidivudual en una lucha colectiva. Por Luna, por Yamila y por todas aquellas madres e hijas desamparadas por la Justicia, quienes necesitan apoyo para dar batalla a este sistema patriarcal que vulnera sistemáticamente nuestros derechos. Hoy, ambas representan el fruto de la lucha contra el abuso sexual en la infancia (ASI), porque como sostienen quienes acompañan el pedido de justicia para Luna: “Nuestra revolución no defiende abusadores”.


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