Hay dos puntos de vista que dialogan entre sí en las cuestiones que rondan en torno al clima electoral. El primero tiene que ver con les candidates y el segundo, con el electorado compuesto por jóvenes. Con miras a los resultados de las PASO y las próximas elecciones generales de octubre: ¿Qué implicancias tienen para les jóvenes las propuestas de quienes se postulan? ¿Dónde radica la importancia de la representación más joven para el electorado? Una columna de Feminacida para Mujeres… ¡de acá!, programa emitido por Radio Nacional.
Según la Constitución Nacional, hay que tener al menos 30 años de edad para ejercer los cargos de senador, presidente y jefe de gobierno, 25 años para ser diputado y mayoría de edad para el caso de la Legislatura Porteña. El dato más llamativo es que en los puestos más importantes en las nóminas de cada partido, la mayoría de precandidatos y precandidatas no baja de los 40 años.
Quienes aspiran a comuneros y comuneras sí presentan alguna novedad en cuanto a la edad que tienen. Un ejemplo de ello es Magalí Peralta quien tiene 22 años y participa dentro de la lista de la izquierda encabezada por Jorge Adaro.
Un dato que contrasta con los antecedentes respecto a la edad de les candidates y las propuestas respecto al destino de las juventudes tiene que ver con la edad de la legisladora Ofelia Fernández, quien tenía 19 años cuando fue electa por la Ciudad de Buenos Aires y también se convirtió en la más de joven de Latinoamérica. Cuando anunció en el último mes que no iba a renovar su banca, dijo que en 2019 buscó invitar a su generación a protagonizar las decisiones y las discusiones políticas.
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Agustín tiene 20 años y es estudiante de Comunicación en la Universidad de La Plata. Sobre lo atrayentes (o no) de las propuestas, comenta: “Los jóvenes correspondemos a las nuevas generaciones que instalamos discusiones necesarias y venimos con cuestionamientos que también son necesarios para transformar nuestros ideales. En ese sentido, hablo de una reivindicación. ¿Por qué? Porque pienso que en momentos donde hay discursos de derecha que deslegitiman constantemente a la juventudes, que dicen que no queremos estudiar, que no estamos interesades en la política, que nos subestiman, nuestro voto marca una diferencia. Más allá de que ejercerlo es un acto democrático, también es un acto de rebeldía ante un sistema que muchas veces desampara”.
La siguiente cuestión tiene que ver con el electorado. Más de un millón de jóvenes de 16 y 17 años están habilitades para votar por primera vez en todas las instancias. Eso significa un 3,3 por ciento del padrón. También estuvieron habilitades a votar en las PASO quienes tienen 15 años y cumplen los 16 antes del 22 de octubre para las Elecciones Generales.
Para hacer un aporte desde esta óptica, Majo, de 22 años e integrante de la organización GPESI, reflexiona y enfatiza: “Sí nos importan las propuestas, sí escuchamos, sí queremos participar. Queremos que haya un futuro mejor, pero lo que me parece también es que falta más a nivel colectivo para entender sobre los significados de estas votaciones, sobre el poder que tienen. De hecho, como jóvenes nos importa bastante más porque nuestro futuro se decide hoy”.
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Sobre esto, Majo comenta: “Me doy cuenta de que hay una idea general de 'nadie sirve, ya no importa, yo elijo no votar'. Y también otras que tienen que ver con dudas y miedos que nos tienen. Se dice que lxs jóvenes no entienden nada y es una idea que se fue generalizando, pero que no representa la realidad diaria de nuestras conversaciones, intereses y militancias. Entonces, si no se dan esos espacios por fuera de los espacios políticos, si en nuestra vida cotidiana no se habla entre adultez y jóvenes, si no se le da la importancia que se le debe a estas cuestiones, es difícil que como jóvenes podamos acercarnos a estas temáticas y se ejerza de forma más consciente y crítica el voto”.