“¿Cómo se para con esta guerra la cual no es posible detener con Acuerdos de Paz, una guerra que no es declarada y en la que el Estado no asume papel alguno, una guerra de rapiña desatada sobre nosotras?” La pregunta corresponde a una mujer colombiana e interpela a Rita Segato, antropóloga, escritora y activista feminista argentina, hacia el final del último capítulo, de la segunda edición de La guerra contra las mujeres.
El libro, editado por Prometeo, es una recopilación de ensayos a través de los cuales la académica esboza la respuesta que hoy guía sus indagaciones: desmontar el mandato de masculinidad que “por la ilusión de adquirir la posición de prestigio masculina, obliga a los hombres a abdicar de su capacidad de empatía y a exhibir potencia y capacidad de crueldad”.
Leer a Segato es incómodo y es en esa incomodidad donde radica lo imprescindible. La guerra contra las mujeres es una compilación donde el todo no suma las partes, más bien las multiplica. Los nueve ensayos que componen esta segunda edición son textos individuales que, sin embargo, conversan, potencian y se entrelazan porque todos forman parte de lo que la antropóloga viene investigando hace más de 25 años: la centralidad de la cuestión de género. A su vez, la edición cuenta con dos capítulos nuevos escritos durante 2017 y 2018 que dan cuenta de que, lejos de estar saldada, la problematización en torno al patriarcado permite siempre más y mejores reflexiones.
A lo largo de todo el volumen conviven las cinco formulaciones iniciales sobre género y violencia de Segato: 1) la expresión “violencia sexual” confunde, porque aunque la agresión se ejecute por esos medios, su finalidad no es sexual sino del orden del poder; 2) las agresiones no tienen su origen en un deseo de satisfacción sexual, sino que la libido está orientada al poder del mandato de masculinidad; 3) lo que valida la pertenencia al grupo es un tributo que va desde la posición femenina a la masculina, constituyéndola como resultado de ese proceso; 4) la estructura funcional jerárquicamente dispuesta que el mandato de masculinidad origina es comparable al orden mafioso; 5) el poder se expresa, se exhibe y se consolida de forma truculenta ante la mirada pública, ya que representa una violencia expresiva y no instrumental.
Colonialismo, patriarcado, modernidad, Estado, binarismo, pedagogía de la crueldad, capitalismo, dueñidad, privatización, anti-punitivismo, poder, comunidad, son algunas de las palabras que componen el glosario teórico con el que la autora construye su retórica insurgente. En cada ensayo en particular y en todo el libro, en general, Segato despliega certezas, pero ante todo preguntas. Su lectura se vuelve fundamental en los feminismos porque habilita el cuestionamiento constante de ideas y consignas. Su eficacia discursiva corre la vara simbólica siempre un poco más allá. Invita a la exotización de lo cotidiano, para desarticular esa pedagogía cruel que desensibiliza y es, entonces, funcional a la reproducción de la violencia sobre los cuerpos de las mujeres. Y pone la lupa sobre las formas de construcción política en clave femenina, buscando posibles respuestas al desmonte patriarcal en las experiencias comunitarias. Para la investigadora, la historia debe dejar de pensarse como un proyecto a construir por el Estado, por el contrario, apuesta a una política de los vínculos donde se rescate el valor y la memoria de hacer política de las mujeres.
Segato es clara: si queremos transformar esta realidad es imperioso comprender que la violencia de género es la incubadora de todas las otras formas de violencia. Y que, la forma de lograrlo tiene que ver con llevar al patriarcado “del borde al centro del paradigma con que pensamos el mundo y buscamos soluciones”.
Una pregunta queda resonando: ¿Es posible la reconfiguración de las bases sobre las que se edifican nuestras dinámicas o la solución reside en una modificación de lo existente?
Sobre la autora
Rita Laura Segato es Argentina, ha vivido también en Brasil Venezuela, Estados Unidos e Irlanda del Norte. Doctora en Antropología Social por la Queen’sUniversity de Belfast, Irlanda del Norte en Gran Bretaña; docente en la Universidad de Brasilia e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Brasil. Se desempeña, además, como miembra de la Coordinación del Curso de Especialización en Estudios Afrolatinoamericanos y caribeños de CLACSO; miembra del Consejo Asesor de Expertas de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y del grupo de preparación del plan estratégico para la Mesa de Diálogo Político del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Es titular de la Cátedra de Pensamiento Incómodo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en Argentina, desde 2018. Es coautora de la primera propuesta de acción afirmativa para garantizar el ingreso de estudiantes negros e indígenas en la educación superior de Brasil (1999), yde una primera propuesta de acciones afirmativas y políticas públicas para mujeres indígenas ante el estado brasilero (2002), junto con 41 mujeres indígenas de todas las regiones del país.
Entre sus libros se encuentran: Las estructuras elementales de la violencia (2003), La nación y sus otros (2007), Contra-pedagogías de la crueldad (2018), La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez (2006), Las Nuevas Formas de la Guerra y el Cuerpo de las Mujeres (2014), entre otros.
Es una de las intelectuales más relevantes del pensamiento latinoamericano y ha recibido numerosos premios y menciones Honoris Causa debido al aporte de sus investigaciones orientadas al campo académico en torno a las cuestiones de género, a la violencia y a las relaciones entre género, racismo y colonialidad.
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