"El ángel que se esconde detrás de mi humanidad,
que estaría deshecha sin ese ultimo intento
de asirme a la vida con desesperación".
En La novia de Sandro editado por Tusquets, Camila Sosa Villada recupera sus experiencias de amor, encuentro y desencuentro. ¿Quiénes se permiten amar? Sin guiones preestablecidos, sin géneros exclusivos. Sus líneas arropan las emociones, el disfrute y también las limitaciones a la hora de amar; dando lugar a todo ese mundo interno que dialoga con los vínculos, los deseos y el ser más intímo.
“A veces estoy en mi pequeño mundo, tiene trincheras de amuletos y conjuros, aquí los fantasmas son bienvenidos, negociamos la convivencia y cuán horribles podemos ser, pero no admito que, a las penas recientes y mal curadas, nadie, ni siquiera el pasado, las engorde como chanchos”, escribe.
Memorias
Recuerda las caricias ásperas que la antigua Camila "resistía cerrando los ojos en las calles frías" y se reafirma en la Camila de hoy que escribe, toma té y, "en su cama abrigada, recibe el sol". Se permite ser frágil, llorar, amar, desear y ser deseada, no precisar "ser de acero en las zonas rojas". Pero en un punto de fuga se unen ambas: la soledad en el recuerdo helado de esas noches. Ninguna se ahogó en la bahía en la que ambas confluyen. Su holocausto privado, su vieja Camila, "la hija a la que no pudo rescatar del laberinto de agravios" está viva y su profundidad deambula en este libro.
“Esta bahía que se abre con todas sus promesas al amparo de un nombre que la cuida, a esta Camila le sabe a anonimato, el nombre nunca dicho de la otra Camila. Esta bahía es un desierto que se mete bajo la lengua, es el jardín donde la vieja Camila resistía todos los caprichos de sus clientes tan sólo por llevarse un bocado de pan a la boca”.
Oda de tetas
Se remonta a sus 12 años, a los deseos de una adolescente hoy hechos realidad, a una oda de tetas. El rezo a la Virgen del Valle simboliza el milagro, que para una joven representa que un día, de la nada, le crezcan las tetas. Y mientras tanto la goma espuma que aporta volumen a los sueños. Pudieron crecer, ser brillantes pepitas de oro. Su descripción refleja el anhelo de muchas Camilas que pueden sentir aquello que sus maestras no le explicaron: “Que en el escote se escondía una fiesta”. Su identidad aflora y se plasma en este pasaje.
Centauros de frágil testosterona
Los "proto machos", los "prototipos que no merecen los gestos", los pensamientos, los sentimientos, la humedad del sexo. Parafraseando a la autora, ni el dinero gastado en psicólogx, ni la tristeza, ni atenciones, ni la espera, ni las palabras. “Créanme amigas merecemos mejores soledades”, asegura Sosa Villada. Los mismos hombres que pueden ser amantes, esposos, hijos, padres, amigos, homosexuales, maricas, los de todo tipo. “Amigas mías: hay hombres que no se merecen nuestro lenguaje robado a todo lo vivo de la naturaleza ni la suave piel de estrógeno, ni su arrope”, dice. Los recuerdos de sus amantes; la mentira y el abandono presente en sus sábanas. Pero también la pasión, el deseo, la ternura y la complicidad. Los embates de la vida y las trampas del amor, los centauros de frágil testosterona que despiertan en las camas, pero no se atreven a reconocerse a ellos mismos lo que significa amar.
Y allí cobra fuerza la compañía de las amigas que recomiendan caminar descalza en la plaza para masticar el dolor, que traen las facturas y regalan carcajadas. "Sigamos perdonando y amando, y no nos apartemos del lento y efectivo trabajo del amor, aunque suene cursi. Lo cierto es que hay cosas que han dejado de ser obvias", pide.
Selección natural versus brujería travesti
"Contra el rencor y su persistencia, contra la ausencia de dios".
Un apartado sobre la falsedad de la eficacia biológica, la hipocresía de los hombres que se sienten superiores. En palabras de la escritora, los heteros sobre los homosexuales, los homosexuales con dinero por encima del puto pobre, el homosexual atlético por encima del maricón gordo. Las mujeres, hombres jerarcas, que miran de arriba a lxs travestis. Estos son extractos de la brujería travesti, un fragmento inicial que brinda la respuesta, la humanidad necesaria contra la muerte, el horror, la miseria. Mientras, como anuncia Camila, nos enseñan a relacionarnos de una manera pornográfica y esperan que fracase la ternura.
Lxs suegrxs de Sandro
“Nos desencontramos y desmembramos la red que nos mantenía unidos. Me dijeron adiós desde la puerta de casa y me fui a seguir la vida”.
Las infancia, los recuerdos, el reencuentro con los orígenes se movilizan. Se hacen carne, se agrietan, se cierran, curan y sellan. “Cuando el alcohol le ablanda las compuertas, mi viejo me mira desde su nostalgia y sabe que aprendí a sobrevivir gracias a la fuerza con la que resistió la pobreza”, narra Camila. Don Sosa, el panadero, el que se levantaba antes del amanecer y ponía a producir su empresa de pobre.
La Grace, su mamá, su hija mayor, viaja en su relato hacia la primer marcha del Orgullo Gay, el día más caluroso del año, junto a a compañerxs que describe como "barricadas maricas latinoamericanas", sudacas, las banderas con sus colores" y ese conmovedor encuentro con una niña travesti. “Que bien podría haber sido yo, si ella y mi papá hubieran sido infieles a esta cultura de la devastación”, dice. Y en nueve párrafos resarce el tiempo, la crianza de su herida fundamental.
Sandro
Una Camila que ama, recuerda, desea y es deseada. En los relatos de amor, abandono, de mentira, de falta de coraje, resurgen fragmentos de placer, de goce y disfrute. Y llega un Sandro, el amante perfecto, con quién además de gozar, se puede charlar, reír, escuchar a Charly, a Spinetta. El de cuerpo deseable, el de las situaciones más eróticas y fantasías más húmedas.
“Nunca más un amante conversó y río conmigo mientras teníamos sexo. Y él fue asimilado por la gran absoluta nada que es el mundo de los hombres, que se casan para olvidarse dónde y con quién la vida les ardió un poco”.
Acerca de la autora
Camila Sosa Villada nació en 1982 en Córdoba. Estudió Comunicación y Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba. Actuó en varias obras de teatro. En 2011 protagonizó la película Mía. Es autora del libro de poemas La novia de Sandro (2015) del ensayo El viaje inutil (2018) de las novelas Las malas (2019) y Tesis sobre una domesticación (2019).