Tras consagrarse la primera futbolista trans en jugar en la primera liga de fútbol profesional practicado por mujeres y disidencias de Argentina, Mara Gómez suma un nuevo hito a su carrera al firmar su primer contrato como jugadora profesional en el Club Estudiantes de La Plata.
Con orígenes en la ciudad de las diagonales, la jugadora comenzó su recorrido deportivo en su barrio y luego se sumó a la Liga Amateur Platense. Después de desfilar por diversos clubes de la provincia de Buenos Aires, se convirtió en jugadora profesional en Villa San Carlos y hoy juega en el pincha.
En diálogo con Feminacida, Mara Gómez considera que el fútbol fue una anestesia contra el dolor. "Vivía con mucho miedo al futuro, con la incertidumbre de saber si iba a poder cumplir sueños u objetivos. Por eso, el fútbol es un medio de contención, de socialización, porque es una gran ayuda para quienes lo practican", desarrolla. Hoy esta futbolista trans encuentra repuestas. El 2023 no podría haber comenzado mejor: acaba de firmar su primer contrato profesional. Este hito en su carrera se celebra, y a lo grande. Sin embrago, como todas sus conquistas, este logro supuso un arduo camino de esfuerzo, dedicación y lucha.
De acuerdo a la deportista, esta es la coronación de un camino que tuvo sus altibajos emocionales y deportivos, porque Argentina es un país donde el fútbol tiene un valor colectivo inigualable, pero también suele ser un terreno árido para las identidades trans. Es por eso que no teme en rememorar sus orígenes y resaltar que existieron tres momentos claves de su carera que, según Mara, le permitieron ser quien es y haber llegado a este punto.
Entre ellos, el primero que destaca es el acompañamiento de su familia y, puntualmente, de su madre. Señala que ella la apoyó en su proceso de transición y aprendió a aceptarla para construir un nuevo vínculo, a diferencia de otras compañeras que son excluidas de sus casas y no cuentan con oportunidades. En segundo lugar, Mara celebra la Ley de Identidad de Género y recuerda cuenda recibió el nuevo DNI en su domicilio, documento que le permitió sentirse cómoda y libre respecto con su identidad: pudo exigir respeto y sumarse a la liga profesional en la cual soñaba jugar. Por último, la deportista celebra la oportunidad de haber competido en fútbol profesional tras años de juego en la liga amateur. Además, le agradece la oportunidad a clubes anteriores que le han permitido soñar en grande. Hoy es una referente positiva para el colectivo trans-travesti.
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Lejos de conformarse, el espíritu aguerrido de Mara Gómez se empeñó en consagrarse como la primera jugadora trans en contar con un contrato profesional deportivo y Estudiantes de La Plata le cumplió el sueño. Para poner el gancho, la futbolista afirma que, como en Argentina no había antecedentes, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tomó las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional (COI) respecto a futbolistas trans y se mostró abierta a que la inclusión sucediera. Pero también señala que para llegar a un acuerdo legal, tuvo que someterse a una terapia hormonal mediante la cual bloquear la testosterona para bajar su nivel en sangre, atravesando así efectos adversos como problemas musculares y emocionales.
Al respecto, Mara agrega: "En ese momento, junto con mi representante Lorena Berdula, creímos que sería posible y me acompañó en todo el proceso para poder firmar el acuerdo con AFA y me sigue apoyando. Desde un principio entendí que había un costo físico y emocional que pagar. Yo decidí hacerlo para poder ingresar y luego desde adentro, lograr el cambio de estas reglamentaciones para que nadie sufra daños por el hecho de querer jugar."
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Ahora bien, si estaba jugando en la primera liga desde 2020, ¿qué cambios supone la firma del contrato profesional? De acuerdo a lo que narra Mara, convertirse en futbolista profesional mediante la firma legal supone un antecedente de inclusión y un cambio en la perspectiva de género en el deporte que beneficia a las personas trans respecto de su futuro. "El club me ve como una jugadora más, no solo como la jugadora trans, sino que me da las mismas oportunidades que las demás deportistas y premia mi esfuerzo en cada entrenamiento. Es la oportunidad de poder acceder a los mismos beneficios económicos y deportivos que el resto, lo cual no se ve en todas las ligas. Aunque el avance sea lento, el fútbol femenino va cambiando y mejorando sus condiciones para las deportistas profesionales", asegura.
En el marco de un clima de jolgorio por los hitos futbolísticos de la selección masculina y la expectativa por el Mundial de fútbol femenino que se disputará en Australia y Nueva Zelanda en junio y que contará con la participación de nuestro seleccionado, Mara Gómez se ilusiona creyendo que más allá de todos los costos que siente que tuvo que pagar por ser una chica trans, la sociedad está avanzando en el camino de la deconstrucción. Es este escenario que ella se afirma como portavoz de los derechos del colectivo LGBTTIQ+, firme en la lucha por la inclusión y la libre elección de las profesiones.
Sorora con les jugadores trans que están luchando por sumarse a las ligas femeninas, la jugadora se sueña con que todas las infancias, adolescencias y adultes trans no dejen de ilusionarse y luchar por esos sueños que les mueven, y que lo hagan sin miedo. Y señala que, si bien nunca tuvo una referente a seguir, se propuso avanzar. Hoy se anima a manifestar la importancia de dejar un camino allanado para todes les que comparten sus anhelos deportivos.
Con una voz dulce y decidida, Mara Gómez concluye: "Siempre estoy abierta a la posibilidad de estar creciendo. Nunca me imaginé estar en el lugar que estoy, y sin embargo, llegué. Entonces me animo a ser ambiciosa y soñar con jugar algún día en la selección argentina femenina de fútbol, con vivir más experiencias únicas tanto para mi como para la sociedad. Y sabiendo que lo importante no es si me pasa a mi o a otra compañera, sino hacer que suceda en sí."
Que tras la conquista de la tercera copa del mundo, no se apaguen los sahumos de las brujas, las curas de ojeado, el respeto por los rivales, la inclusión y el respeto profesional por les deportistas y sus identidades. Y que se alcen bien alto los puños porque este año el fútbol será para todes o no será.