Mi Carrito

No es Chano, es el abordaje de los consumos problemáticos

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Santiago “Chano” Moreno Charpentier fue baleado en el estómago en la madrugada del lunes por un oficial de la Policía Bonaerense en su casa del barrio Parque La Verdad, Exaltación de la Cruz. El ex cantante de Tan Biónica estaba atravesando un aparente brote psicótico y se encontraba acompañado por su madre y personal médico que, al no poder controlarlo, llamaron al 911. De acuerdo con lo que sostiene la policía, Chano intentó atacar a uno de los efectivos con un cuchillo, entonces, el oficial para defenderse le disparó en el abdomen. Pero la madre del músico desmintió esta versión frente a la periodista Sandra Borghi de TN y sostuvo que en ningún momento había intentado agredir a nadie y que un efectivo menor de 20 años le disparó sin motivo, y agregó: “Solo es un enfermo en consumo y nosotros somos una familia desesperada pidiendo que lo internen”. Actualmente Chano está en la terapia intensiva del Sanatorio Otamendi recuperándose de una cirugía y en estado crítico.

Si bien el caso es complejo de abordar, surgen algunas preguntas: ¿Qué pasa cuando la salud mental se criminaliza? ¿Es la policía la institución indicada para acudir cuando sucede un brote psicótico? ¿Es el uso de la fuerza un síntoma de que esa institución no cuenta con herramientas reales para abordar estos casos? ¿Cómo se visibilizan estos episodios en los medios de comunicación? ¿Por qué se acude a la espectacularidad del hecho particular y se busca ahondar en detalles morbosos? ¿Cómo se construye el discurso mediático que legitima el accionar de las fuerzas armadas en estos casos? Podemos asegurar dos cosas: ni el consumo de sustancias es un problema exclusivo de Chano, ni el uso desmedido de las fuerzas de seguridad es la excepción.

En diálogo con Feminacida, Eugenia Laise, trabajadora social y coordinadora de un Centro de Día de CABA, plantea que las intervenciones con personas en situación de consumo o padecimientos de salud mental requieren un abordaje que busque cuidar y contener a la persona. “¿Cómo puede pensarse que la intervención policial puede ayudar en una situación como la que vivió Chano y su madre?”, pregunta y enseguida responde: “Lo único que se hizo fue complicar mucho más las cosas. Sin embargo, esto demuestra que es necesario que las fuerzas policiales tengan capacitaciones para saber cómo actuar frente a personas con problemáticas de salud mental”.

Sobre el abordaje mediático, Emiliana Alliani, psicóloga y trabajadora del área de asistencia de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), afirma que se volvió a caer en un cliché: la respuesta punitiva. “Demonizar el consumo problemático de sustancias refuerza la lógica de la criminalización de una situación de consumo. Las problemáticas asociadas con el uso y/o abuso de sustancias no conocen de clases sociales y económicas. El padecimiento mental atraviesa a las más variadas”, explicó a este medio.

No es un caso aislado

Según la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), cada 20 horas una persona es asesinada por efectivos de las fuerzas represivas del Estado argentino. El 21 de julio, seis efectivos de la Policía de Entre Ríos llevaron esposada al Hospital San Martín de la ciudad de Paraná a Victoria Nuñez, una mujer trans de 27 años. La pareja había realizado un llamado al 911 por un episodio de crisis mental. Victoria falleció en el hospital y su muerte se investiga como dudosa. Según relataron su madre y su hermano, para poder reducirla en medio de la crisis emocional, los oficiales se subieron a su espalda. Todo el colectivo LGBTIQ+ reclama justicia y esclarecimiento del caso. Matías Nicolás Ruiz, un peluquero tucumano de 27 años, estaba desnudo en el Parque San Martín de la Ciudad de Salta cuando fue detenido por la Policía de la ciudad, el martes 13 de julio por la madrugada. Según los registros, los efectivos solicitaron una ambulancia una hora después de detenerlo y para cuando ésta llegó, Ruiz había fallecido. Las pericias sobre su cuerpo arrojaron moretones y la huella de un borcego. En el caso hay cuatro policías y cuatro operadores del SAMEC imputados.

Frente a las herramientas disponibles que tiene la policía, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, sostuvo que lo de Chano se podría haber evitado al utilizar una pistola Táser. Ahora bien, ¿es el armamento la única herramienta con la que debe contar el cuerpo policial para atender estos casos o bien debería pensarse en un accionar interdisciplinario como sostiene la Ley de Salud Mental y el protocolo que corresponde al Ministerio de Seguridad de la Nación? Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación, se refirió al caso de Chano durante la conferencia de prensa por las actualizaciones en vacunas contra el COVID-19: “Es un esfuerzo grande transmitir el mensaje de la Salud Mental como problema de la Salud Pública”. Además, aseguró que la implementación de la Ley de Salud Mental es uno de los desafíos más grandes y pendientes que tiene la Argentina y que desde la gestión buscan “capacitar y trabajar interministerialmente con todas las áreas del Estado para minimizar las acciones violentas en el contexto de una persona que tiene un padecimiento de salud mental”.

Al respecto, Marina Charpentier, la mamá del cantante, declaró ayer por la mañana en la puerta del sanatorio: "Yo solo llamé a una guardia médica para que ayuden a mi hijo y sabían que se iban a encontrar con alguien que estaba mal. Yo sólo pedí ayuda. No sé a quién tenían que mandar o cómo es el procedimiento. Sólo pido que hagan algo con la Ley de Salud Mental porque estamos todos los padres de los enfermos y nadie nos da respuestas. Está lleno de madres que no tienen visibilidad, que están golpeando puertas y nadie las escucha".

Alliani señala que la Ley de Salud Mental resultó un avance clave para el reconocimiento de las personas con padecimiento mental como sujetas de derecho y para la sustitución del manicomio, como propuesta de tratamiento, por alternativas que garanticen los cuidados y los derechos humanos. Sin embargo, advierte que en la realidad cotidiana, el acceso a estos servicios no siempre lograron ser garantizados, en algunas situaciones por falta de equipos profesionales que atiendan en el ámbito de salud mental, en otras por su carácter privatizado y privilegiado.

El consumo también es una problemática de todxs

La salud mental todavía carga con un gran estigma social y es poco abordada desde su especificidad por los medios masivos. Por otro lado, las situaciones de consumo problemático son escasamente visibilizadas como una problemática social y más bien tienen lugar en las pantallas desde la criminalización y revictimización a las personas que se encuentran en esa situación. En ese sentido, Laise refuerza que “hay que entender al consumo como un problema de salud mental que requiere un abordaje integral e interdisciplinario y abogar por una sociedad que deje de criminalizar y estigmatizar a lxs usuarixs de drogas”. También se detuvo en el rol de los medios de comunicación: “Su función es fundamental ya que son los primeros en castigar y señalar con el dedo, cuando por otro lado fomentan permanentemente los consumos legales como el caso del alcohol, pero claro, asociados a la figura del ‘macho exitoso’”.

Desde el colectivo de Varones Desobedientes, que trabaja sobre la construcción de las masculinidades y abordan situaciones de consumo problemático en jóvenes, también dialogaron con Feminacida a raíz del caso del ex líder de Tan Biónica: “Es importante tomar dimensión de que las personas en situación de consumo tienden a aislarse y coartar las posibilidades de recibir ayuda, lo que acelera el círculo. Además, existe una fuerte masculinización de los consumos de sustancias en donde los varones, por haber aprendido a manejarse mediante la utilización de la violencias y de no saber acudir a otras personas para pedir ayuda, generan daños sobre su propio cuerpo y su salud”.  

Agregaron, al igual que Laise y Alliani, que es necesario poder pensar abordajes integrales de los consumos problemáticos que tengan una perspectiva de género y “se encaren desde las formas en que se ejercen las masculinidades y las nociones aprendidas sobre el cuidado del propio cuerpo”. Por último, concluyeron que “el acompañamiento y la contención de los entornos de pertenencia resultan fundamentales para fomentar la salida del consumo y el proceso de recuperación tiene que venir desde el ejercicio del cariño, una forma de relación que no es transmitida a los varones y que es tan necesaria de ahondar”.

El peligro de abordar casos de salud mental, consumo problemático y violencia institucional como hechos aislados y desde el morbo que se detiene en el detalle del arma utilizada es que olvidamos que estas problemáticas son parte de un entramado social y de una estructura de poder que permite que se reproduzcan. ¿Cuántas veces en este año solamente se habló de casos de gatillo fácil y violencia policial? Hoy las fuerzas policiales no cuentan con la formación para intervenir positivamente en situaciones como esta, donde lo que menos se necesita es el uso de un arma de fuego. Sin embargo, también hay que reconocer que la sociedad en general sigue sin mirar a los consumos y a la salud mental como una problemática de todxs. 

Si considerás que vos o unx conocidx necesita acompañamiento en materia de adicciones, comunicate con el Sedronar. Podés llamar a la Línea 141, es gratuita, anónima y federal, o acercarte a la dependencia más cercana. Toda la información se encuentra en el siguiente enlace: https://www.argentina.gob.ar/jefatura/sedronar 

En todas las jurisdicciones del país se encuentran disponibles líneas oficiales de atención en salud mental y apoyo psicosocial. No dudes en utilizarlas si necesitas pedir ayuda para vos u otra persona: https://www.argentina.gob.ar/coronavirus/telefonos/apoyo-psicosocial


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